martes, 17 de abril de 2007

Momento de ira

Un día más saliendo de esa habitación furioso dejando a mi amor solitario durmiendo en aquella cama largo tiempo compartida, furioso sí, como siempre que me dejo dominar por mi instinto y beso sus dulces labios contra su voluntad.

Como cada vez que se esconde de mí bajo la cama, después de haberlo dejado encerrado por horas controlándome lo suficiente como para no dañar su bello rostro lloroso, su piel suave cubierta de sudor tras el ejercicio.

No me gusta hacerle esto, no me gusta sentirme como la persona más rastrera del mundo al ver llorar a esa persona de esa manera, la sangre corriendo por su cuerpo desnudo ante mí, no poder controlar mis impulsos, siento tanto que la luz que sus ojos se haya ido apagando.

En las fiestas manteniendo la compostura ante los rumores y los celos de esas chicas rechazadas, la "pareja trofeo" te llaman sí, lo sé, no hacía falta que me lo dijeras, mis amigos cuidan de ti cuanto pueden pero no son capaces de protegerte de mí.

Por eso me marcho, sé lo cruel que he sido contigo, tu amiga me abrió los ojos, la bofetada que me dió gritando, pataleando y llorando por tí mientras se la llevaban los de seguridad, por mi culpa, una chica tan alegre que realmente te quiere.

Deberías quedarte con ella un tiempo, mientras no estoy, la casa es demasiado grande para una persona sola, no sé si volveré, no quiero que vuelvas a sufrir por mi culpa, vende o tira todo lo que te recuerde a mí, la casa, el perro, los terrenos, todo es tuyo. Sólo quiero que sepas una cosa.

Te amo, te amo lo suficiente como para dejarte ir, no sin dolor, pero sí.

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