viernes, 16 de marzo de 2007

Carta a la muerte & Amante de la muerte

Por fin algo digno de subir a este blog. La verdad es que toda esta historia empezó con mi amiga Patricia que hizo la "Carta a la muerte" disparando mi imaginación y haciendo que yo hiciera la otra "Amante de la muerte". Con su permiso publico aquí las dos... Es una genia escribiendo y haciendo poesías seguro que este blog le encantaría... Ya me dejo de rollos y pongo ambas historias espero que les guste ^^ (sobre todo a ti Rose que querías que pusiera algo aquí lo tienes)

CARTA A LA MUERTE

Me estoy volviendo loco… Me estoy volviendo loco…

Me estoy volviendo loco y el tiempo lo sabe. Lo que antes me caracterizaba ha muerto, y ahora no sé quien soy. Mi bondad, mi tranquilidad, mis esperanzas sólo son ahora rabia, tormento y muerte de todo lo que fui.

Ya no soy un corazón que luchaba por latir en este mundo, soy un fue que está cansado y que sólo vaga en la agonía.

Mi mente viaja entre una efímera felicidad de esperar lo que fue y el intento de hacer algo cobarde que nadie entiende. Sé que me llamas y yo quiero ir pero temo que alguien sufra tras mi ida. A cada segundo me lo pones todo tan dulce, tan rápido, tan tranquilo que las tentaciones de hundir tu daga en mi pecho y de conseguir la paz que ya nadie me da es mi único pensamiento de cada día. Mi muerte adornada de poesía y romanticismo o coge más sentido del que tenía, o pierde locura mundana. Me llamas, te oigo con tu dulce voz. - ¿Por qué me llamas? ¿Por qué morí con el amor o porque murió mi alma con ello? - ¡Qué más da! Yo quiero ir contigo, ya nada me ata aquí y no hay razón para seguir con un corazón roto.

Dime, ¿cómo será? ¿es tan rápido como dices? Prométeme que será doloroso y que morirá todo mi ser; no dejaré nada vivo ni nada dejaré, pues mis poemas como yo a las cenizas se irán, y renacerán como el fénix que siempre quise ser: vivir, morir, vivir y después morir.

Dime, ¿me olvidarán? Yo no fui nada, nada de nadie y lo poco que hice cualquiera con un cuento hace que sea un efímero recuerdo, que como todo en el tiempo muere y desaparece. Sí, me olvidarán yo lo sé, pero hazme recordarles a cada uno de ellos que para mí siempre fueron algo por lo que vivir. Hazme recordarla a ella también, ella lo fue todo, lo es todo, lo será todo. Mi muerte no es su culpa y mi fin no está es su mano, sólo quiero que me olvide pero que recuerde los poemas que le escribí; son suyos, son de mi mano es cierto, pero son de sus labios.

No me preguntes porqué lo hago, tú no quieres saberlo pero te diré: la vida sin amor no es vida, por eso quiero irme contigo.

Dime ¿qué me espera? ¿tormento, tranquilidad, luz? Mientras me des paz, llévame donde quieras no quiero quedarme aquí. Quiero andar eternamente sólo cuando mueran los días, andar recorriendo viejos recuerdos que me daban felicidad.

¿Vendrás conmigo? Dime que sí, que me acompañarás en mi eterno viaje; ya tengo todo preparado, aquí está la daga ¿qué te parece? Es dentada para perforar y larga para llegar hasta el corazón. Yo ya estoy listo, ¡espera! Quizás ella no, dame un día para besarla y me iré contigo lo juro. Mañana estaré contigo.

Desde ahora siempre contigo.



AMANTE DE LA MUERTE

Él… ahora lo veo de lejos…

Toda mi vida es por él. La gente dice que nacemos con alguna meta en la vida, se empeñan en añadir que nuestra vida es nuestra, que nacemos para nosotros, pero desde que nací he sabido que esto nunca fue para mí.

Lo vi por primera vez aquel día, no me sorprendí, no había sido un flechazo, mi alma reaccionó a él como si siempre hubieses estado a mi lado… o más bien yo en el suyo. ¿Por qué echarle la culpa a mis sentimientos?, ¿o a las hormonas propias de la adolescencia?, ¿o a los estereotipos de mis amigos?, no, esto fue algo más, mi alma lo eligió… mi sino. ¿Cómo no creer en el destino si se empeña en dirigir tu vida?...

Aún así esto no es lo que quiero contar, que más da lo que buscara yo si mi alma estaba empeñada en acercarse a él. Y me rendí… acepté lo inevitable y no me separé de su lado. Puede que su vida no fuera para mí… que él tuviera otras metas en la vida, pero aún así no me rechazó, desde jóvenes como amigos, el uno para el otro. Siempre sabía lo que le pasaba… mi alma estaba completamente ligada a la suya.

Y después de la amistad, el amor… aquel día triste de lluvia, solo recuerdo de aquel día un beso… quizá lo único que ahora se me permite recordar de la época feliz… Un beso que unió nuestras almas, de golpe, ensambladas para siempre, perfectamente encajadas.

Para siempre… esa es una de las cosas que no han cambiado en mi vida, si es que a esto que tengo ahora se le puede llamar vida, aún sigo riéndome cuando oigo estas dos palabras… para siempre… que ingenua.

Cuando sentí que mi alma gritaba esas dos palabras vacías, que por fin era feliz haciendo lo que realmente tenía que hacer, estar con él, hacerlo olvidarse de sus penas y de todo lo que le preocupaba… De aquellos maravillosos años no recuerdo nada. Todo lo que recuerdo junto a él se reduce a ese primer beso, eso y a su sonrisa… continua, siempre en su boca mientras estaba conmigo, eterna en la mía mientras vivía por él.

Y llegó ella… la dama de blanco, no solo por sus ropas, su piel, su pelo, su belleza… blanca y pura… Es curioso a ella si la recuerdo, tan perfecta, tan fría, tan… mortal. Nuestro amor se acabó, aunque por mi parte no pudo apagarlo, sigue ardiendo en mi pecho, aunque ya tampoco lo siento…

Es mi alma que se niega a abandonarlo, aunque ya mi meta en la vida se haya acabado.

Como una Diosa se acercó a nosotros, silenciosa, atacando, no la vimos venir o quizá sí y no quisiéramos aceptarlo. Sé lo que me hizo, pero quizá solo siguiera los caprichos de su eterno compañero, el destino… Entre sus brazos, no los de mi amado, segundos fueron los que transcurrieron mientras me arrancaba de los brazos de él y me mecía en los suyos… Un tacto tan frío como su beso, congelado y que aún así arde aún en mis labios, beso que jamás olvidaré y que segundos antes de cerrar los ojos para siempre califiqué como roce… suave y mortífero, como ella.

También dicen que la muerte no espera y si te llega la hora te llevará, sin pensar en que estás en la época más importante de tu vida, o en la más feliz… después de llevarte te deja… ¿dónde? Tantas teorías no sé si serán acertadas yo solo siento el frío de unos brazos… la muerte se encaprichó de mi alma, ella sabía que no me pertenecía y tuvo envidia, permanezco en sus brazos esperando que alguien me reclame… a mí o a ella, a mí si él se acuerda cuando llegue su hora. O a ella, con su trabajo, buscando las almas en pena y llevándoselas al mundo que me ha sido negado… Amante de la muerte.

Y lo veo, sí… se que ha perdido su eterna sonrisa… su animo decayó desde aquel día… solo que hoy le veo más extraño. Se ha encerrado a escribir en su estudio y sé que solo hace eso cuando está realmente preocupado… Y yo lo estoy aún más cuando siento que ella se despega de mi y por primera vez oigo su voz, melodiosa, dulce pero carente de los sentimientos que añoro. Un iré a por tu amado, ya llegó su hora, por fin te ha olvidado. Atravesó mi corazón un puñal de hielo… ¿qué es más frío que ver como la vida por la que vivías se acaba?. Sé que juega contigo… yo fui más fácil de llevar, pero tu aún eres fuerte, ¿te vas a suicidar? Solo quiero gritarte, agarrar tu mano separar la daga… ¿qué puedo hacer si mi voz se apagó hace tiempo con aquellos labios fríos?...

Cada vez más decidido dando más razones para convencerte a ti mismo, ella te usa, no te dejes engañar… si pudiera tener otra oportunidad te salvaría, la muerte ya me tiene a mí… ¡¿por qué quiere más?!

Y solo eso desesperación creciendo en mi interior, por tu cara sé que te convenció, ahora te despides de mí y sé que lloraría… si ella me dejara, ¿soltar mis sentimientos? Creo que ya no tengo… para evitarse dolor me los quitó… soy fría, menos cuando se trata de ti y con sus palabras mi corazón ardió.
La daga en tu mano, un dolor en mi corazón, tu despedida, mi angustia, aunque vengas ella no me soltará… para siempre, ¡sí! Pero la muerte no piensa igual.

La separas, te has arrepentido, la luz vuelve a iluminar mi corazón hasta que ella vuelve, su abrazo helado y la oscuridad… Sé que lo hace por mí, sobre todo desde hace unos meses… sé el tiempo que pasa, observándote… después de todo este abismo es eterno… por eso sé que encontraste a otra, sí a ella, la que ahora te hace feliz… para la que tu alma realmente era. Yo soy feliz mientras tú lo seas y ella ha impedido que hoy todo acabe, puede que mañana te reúnas conmigo pero hoy solo repite mi cabeza las palabras de la muerte… las que acabaron enterrándome del todo en esta oscuridad eterna… - Su amada le ha salvado.

Aún así, yo seguiré aquí… Atada a la muerte… mi amante.

Él… ahora solo lo veo de lejos.

2 comentarios:

Rose Black dijo...

Sakhurita qué lindo, como sabes lo que me gusta, *.* si tienes amigas a las que les guste esto dales la página, que cuanta más gente lea y postee mejor jejeje (aquí captando más adeptos XDDD)

Pues eso, que me ha encantado tu post tan, melancólico tan triste, tan hermoso al mismo tiempo.

Besos cari ;)

Rose

Anónimo dijo...

ESTA SUPER CHIDA Y SI TIENES MAS MANDALAS A MI CORREO QUE ES WENT_SUT@HOTMAIL.COM