Caminando a solas con cuidado por las piedras que resbalan mojadas y cubiertas de vida marina, un cangrejo pequeño pasa rozándome el pie desnudo, estoy andando por las rocas que forman un cabo artificial, rocas reales, llevan años ahí, no me podría imaginar esta playa sin ellos, me resbalo un poco cuando llego al final del mismo.
Me siento, veo pequeños peces, tal vez sean recién nacidos en el agua, protegidos de los depredadores marinos por las rocas, los miro con cansancio, esta anocheciendo, el cielo se ha convertido de azul a anaranjado y rojo, y el mar, lo refleja de un modo que parece querer imitar al cielo.
La luz del sol poniéndose me da directamente a los ojos, me cubro con las manos y miro el mar, entre sus reflejos veo un rostro, agito la cabeza, confusa, es mi propio rostro, ¿no? Me acerco para verlo mejor, no se parece a mí, pero sigue mis movimientos, esa expresión sorprendida, la siento en mi cara.
Se dice que en el agua de los mares viven espíritus elementales del agua, son las llamadas nereidas, invisibles casi siempre para el ojo humano, muy pocas personas creen ya en ellas. Muchas están enfermas o han muerto transformándose en espuma del mar al escorar contra las rocas, la contaminación que crean los humanos las enferma, mata la vida en el mar y destruye a todo lo que habita en ella.
1 comentario:
Muy bonito.
Tengo dos sorteos activos. Te apuntas? uno es de una copa menstrual.
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