viernes, 25 de marzo de 2011

De sirenas y nereidas

Caminando a solas con cuidado por las piedras que resbalan mojadas y cubiertas de vida marina, un cangrejo pequeño pasa rozándome el pie desnudo, estoy andando por las rocas que forman un cabo artificial, rocas reales, llevan años ahí, no me podría imaginar esta playa sin ellos, me resbalo un poco cuando llego al final del mismo.


Me siento, veo pequeños peces, tal vez sean recién nacidos en el agua, protegidos de los depredadores marinos por las rocas, los miro con cansancio, esta anocheciendo, el cielo se ha convertido de azul a anaranjado y rojo, y el mar, lo refleja de un modo que parece querer imitar al cielo.


La luz del sol poniéndose me da directamente a los ojos, me cubro con las manos y miro el mar, entre sus reflejos veo un rostro, agito la cabeza, confusa, es mi propio rostro, ¿no? Me acerco para verlo mejor, no se parece a mí, pero sigue mis movimientos, esa expresión sorprendida, la siento en mi cara.

Se dice que en el agua de los mares viven espíritus elementales del agua, son las llamadas nereidas, invisibles casi siempre para el ojo humano, muy pocas personas creen ya en ellas. Muchas están enfermas o han muerto transformándose en espuma del mar al escorar contra las rocas, la contaminación que crean los humanos las enferma, mata la vida en el mar y destruye a todo lo que habita en ella.





lunes, 23 de noviembre de 2009

Fin

"Tu vida termina ahora" - susurra mientras se acerca a mí, paso a paso, absolutamente calmada, el brillo metálico del cuchillo que sostiene en sus manos refleja la pálida y triste luz de la luna llena que se cuela por los fragmentos rotos de la uralita del techo.

No.

Mi vida no acaba ahora.

Terminó hace tiempo cuando él se marchó... me dejó sola, sin mirar atrás y se besó con ella antes de despedirse de mí, por última vez.

Sí.

Terminó, cayó muerta y mutilada junto a su cadáver, el difunto de su recuerdo y, mi corazón, con él, se enterró.

"Aquí yace la idiota que se dejó engañar de nuevo por un hombre. Y, de nuevo, perdió todo".

Pero esta vez fue diferente.

Lo fue porque no tuve ganas de recoger los pedazos, de volver a intentarlo. De volver a vivir.

Mi alma murió con él.

Su recuerdo no me mantuvo pero mi cuerpo sí, de manera mecánica y autómata pero seguía viva.

Viva y muerta por su causa.

Que ahora muera mi cuerpo... ¿qué importa?

Me abalanzo contra mi agresor. Mi libertador. El cuchillo se clava hasta lo más hondo de mis entrañas y, por primera vez en mi vida siento auténtico dolor, el vientre me arde como si lo cubrieran lenguas de fuego de dentro afuera, siento un nudo en mi garganta, no puedo respirar y las lágrimas se agolpan en mis ojos.

Por primera vez siento miedo, la vida me abandona, estoy muriendo, lo siento. Un líquido viscoso y líquido que mana y mana de mi herida.

La sensibilidad desaparece. No puedo mover los dedos, me siento débil, sin fuerzas. ya no siento dolor, sólo frío, mucho frío,..

FIN

xDDDD

martes, 26 de mayo de 2009

Asesinato

Una tras otra hago desaparecer las pruebas de mi delito, mi propio y personal asesinato, el escenario es perfecto, un poco de sangre por aquí, un gran desorden junto a la caja fuerte, la joyas se vienen conmigo, el dinero también, los billetes de tren a Londres están listos, las sillas por los suelos, la mesa también ha caído, ese estúpido huevo de Farbergé está destrozado en el suelo, las cortinas y los periódicos acumulados por mi marido en el sofá prenden con facilidad, el fuego se extiende por las cortinas, corre muy deprisa, salgo de la habitación y de la casa a toda prisa, todos saben que estoy en casa terminando un escrito mientras mi marido se encuentra en Estados Unidos de viaje, todo es perfecto.

Salgo a la calle por fin, no vivimos en una zona transitada, más bien es una casa en medio del bosque, lejos de todo y de todos, es lo mejor cuando intentas escribir un maldito libro. Las llaves del Volvo se vienen conmigo, pero subo al Corvette amarillo, acelero, estoy deseosa de llegar a la estación.

Mi móbil también ha caído, la documentación falsa, la matrícula cambiada y claro mi nuevo pelo, las lentillas y el maquillaje compacto de color ocre también ayudan a cambiar mi imagen, a ver, pelo rubio largo por la cintura, siempre he sido morena, ojos negros, los tenía azules, y piel oscurecida totalmente, yo era blanca como la leche.

Me bajo del coche en una zona conflictiva, dejo caer las llaves "accidentalmente" y, como era de esperar, los muchachos se lanzan a por ellas, si supieran que eso le vinculará con mi asesinato, sonrío suavemente, llego a la estación y subo al tren-hotel, no salgo de allí hasta que no llegamos a nuestro destino final, Londres, de allí voy hasta Escocia, todo se paga en efectivo.

Los campos verdes brillan más que nunca, me acerco a un caserón antiguo oculto en pleno bosque, sale un hombre a recibirme, le beso y él se aparta bruscamente, se detiene y me mira, yo le sonrío profundamente conmovida por su reticencia a besarse con la que, a todas luces parece una completa desconocida.

"Hola llorica" le saludo con un tono de voz distinto al de los últimos días, infinitamente más infantil.

"Tu marido me llamo, dijo que estabas muerta" dice impactado, me mira a los ojos buscándome en la máscara.

"Si no estoy muerta, qué hago en el cielo?" respondo con una sonrisa, abrazada a él, me mira seriamente y termina sonriendo.

"Te quiero"

Mentir, ser cruel, ser fría y calculadora por el amor a un hombre

Llevamos juntos ya dos años, lo amo, lo admito, no me da miedo decir tal cosa, pero.... últimamente está distante, no se acerca a mi, no me toca, ni siquiera a querido besarme.



Siento que le pasa algo pero no quiere decírmelo, sale por la mañana y no vuelve a casa hasta bien entrada la noche, cuando cree que duermo vuelve a marcharse, se cree que no me doy cuenta, se está alejando de mi, es como... como si me temiera....



.- Qué demonios te pasa!? - grito, acaba de entrar por la puerta, son las cinco de la mañana, tiene una expresión totalmente desoladora, le miro fijamente, él evita mi mirada -. Es que tienes una amante?? -pregunto, por fin, intento pensar que mis sospechas son infundadas, él niega con la cabeza, le miro aún más furiosa, me acerco a él y le cojo por los hombros, entonces lo veo...



Sangre



Me aparto de él, asqueada y le miro totalmente confusa, él pasa junto a mi sin mirarme siquiera, entra en el cuarto de baño y oigo la ducha claramente. Al rato dejo de oírla y él sale, yo me siento en el borde de la cama y él, a mi lado, mi pelo cubre totalmente mis ojos.



.- Qué has hecho? - consigo musitar, mi voz no quiere salir... tengo un nudo en la garganta.



.- Me quedé sin trabajo... - susurra, le miro, me sorprende mucho eso.



.- Desde cuándo?



.- Desde hace unos meses... No quería decírtelo, estabas tan orgullosa porque había conseguido un trabajo normal. - lo admite con algo de tristeza, me siento fatal... -. Ángel me ofreció un trabajillo, tú sabes sobre qué -. Lo sabía, claro que lo sabía, Ángel solía hacer desaparecer a la gente que resultaba un molestia para sus planes-. Fue mucho dinero, pero pronto, con tu embarazo le pedí que me diera más, y ahora...

Desaparecer


.- Has sido descuidado... - respondo por él, él asiente y siento que estoy a punto de llorar -. Sabes que habría abortado... O lo habríamos dado en adopción -susurré sin voz, me moría de ganas de abrazarlo, pero no podía, no tenía las fuerzas necesarias.



.- Ya lo tuviste que hacer una vez. Y quedaste destrozada, ahora que estabas recuperada no podía permitírtelo...

.- Dejaste huellas? - pregunto, secamente, me mira sorprendido por mi repentina frialdad, niega con la cabeza-. Entonces,... dile a todos que estuvimos toda la noche haciendo el amor, yo diré lo mismo, por lo que a mi respecta, tú no te has movido de aquí... - le digo, mirándole a los ojos, rodeó su cuello con mis brazos y le beso, una y otra vez, con suavidad, como antes-. Te quiero...

.- Yo también a ti, amor mio.

Nada volverá a ser como antes, pero... a partir de ahora estaremos más unidos que nunca.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Hilos de sangre


New one-shot. Espero que les guste ^^.
Abrió un ojo lentamente y allí estaba en la habitación oscura de la que siempre había querido escapar. Un calabozo, ¿quién querría permanecer para toda la eternidad encarcelado?
Un hilo de sangre salió de debajo de los grilletes que rodeaban sus muñecas pasando sobre la sangre seca de tiempos pasados. Ni una lágrima, ni un grito, ni un suspiro ya seco en su interior.
Un leve rayo de Luna se colaba por la reja de la ventana a unos cuarenta metros de altura, proyectaba su luz mortecina sobre el suelo a sus pies, sin poder tocarlo. Pero que más daba si ya no lo sentía, ni el calor, ni el frío, ni el dolor, ni el tacto de los hilos de sangre cayendo por su antebrazo. Atrás quedaron los días en los que se mordía y arañaba para sentirse con vida. Pero ya no sufría, al menos no dolor físico, sus ojos se apagaron y se quedó casi quieto esperando su muerte solo los leves espasmos lo acompañaron. La muerte no pudo proclamarse su dueña, no tenía permitido entrar allí, en la oscura habitación, la que sería su tumba en vida, aunque si cambiaba su actitud y se rendía podría salir, mas ellos sabían que nunca lo hacía. Había estropeado muchas cosas en su vida, pero esa seguiría intacta, sería su regalo. Dejarla con vida.
Un asesino condenado por los suyos a sufrir por no acabar su última misión. Pero ella viviría porque él era el único que tenía derecho a tocarla.
Los ojos oscurecidos brillaron al ver su cara tan cerca.
- Sólo tú puedes matarme, ¿por qué no lo has hecho?, disfrutarías del paraíso. - Porque eres mía, y tu muerte sería un desperdicio.
- Condenado a estar aquí por siempre, patético para alguien como tú, alguien que solo vivió para obedecer a su Dios.
Las alas blancas a su espalda resplandecieron al moverse suavemente y una mano se elevó para tocarla. Un nuevo hilo de rojo salió por las heridas salpicando con su brusquedad la cara y las alas negras de ella. Sólo rozó el aire, como siempre. Nunca iría a verle, no matarla sólo era una debilidad más, un ángel impuro para el diablo perfecto.
Nunca más tocaría su rostro, sus labios, encerrado en el calabozo del paraíso, su mazmorra más profunda, por no querer matarla.
En el rayo de Luna se movió una sombra acompañada por una ráfaga de aire.
- Renuncia a los que te hicieron esto, ven conmigo.
Una pluma negra le rozó la mejilla, sus ojos se cerraron al sentir la caricia de sus dedos y su voz susurrando tan cerca otra vez de él, tan real y ahora tocándole.
- Ven a los infiernos conmigo.
No podía negarse al ver libres sus muñecas y sentir su mano siendo elevada de nuevo hacia en hermoso rostro, una de sus muñecas rozó la boca que ansiaba besar, probar por primera vez, la lengua recorrió la herida con una caricia, probando su sangre, la sangre del asesino de los cielos.
- Es mi castigo, si salgo acabaría por matarte, es odio contra ti lo que corre por mi sangre.
- La sangre que él derrama cada día, no me importa vivir en peligro contigo, no me importa morir en tus manos.
Soltó la mano que lo sostenía y volvió a dejarla caer. Esas serían las palabras más humanas que la oiría pronunciar.
- No podría vivir con tu muerte.
Los grilletes volvieron a sus muñecas y una lágrima, la primera y última de su eterna vida cayó por la mejilla del diablo desvaneciéndose antes de tocar al ángel.
Quietud de nuevo, el fin de las esperanzas de salir de su agujero, no sería un demonio, solo un ángel caído, eternamente atado, nunca más volvería a ver su bella cara, ni a sentir alguna de sus caricias, era una despedida, no una de las alucinaciones que siempre le recorrían, la pluma negra que permanecía en el suelo tenuemente iluminada por el rayo de Luna lo demostraba. Un recuerdo que estaría presente delante de su mirada, sin moverse, ojos apagados de nuevo y por siempre, enfocando aún sin verla una pluma oscura. No más visiones solo completa soledad y un corazón sin sentimientos para no sufrir.
Hilos de sangre cayendo sobre sangre seca.